EL PUEBLO

EL PUEBLO

lunes, 23 de marzo de 2020

¡¡¡ MALDITO CORONAVIRUS !!!


    La España vacía, el encanto de esos pueblos de la Soria más escondidos en los que resisten los más ancianos a dejarlos, mientras sus fuerzas así se lo permitan, y los que gracias a su trabajo y perseverancia continúan realizando las labores agrarias o ganaderas que permiten llenar nuestras despensas. Gente que resiste a pesar de la falta de recursos sanitarios, el más pequeño establecimiento comercial o bar.
    El frío invierno, la soledad, el apagón digital es lo que a muchos en la más dura y larga época del año nos hace permanecer alejados de esos lugares donde impera el silencio.

Y llegó el maldito coronavirus. Ese ente microscópico y maldito venido de la otra punta del planeta lleva la misma carga explosiva en su interior que el chaleco de un terrorista.

   Si en tiempos de paz es triste vivir el día a día en los pequeños lugares donde sus habitantes en ocasiones tienen que hacer por quedar para saber de sus vidas, en estos momentos de encierro e incertidumbre la soledad es mucho más oscura.

    Por ello el mejor regalo que podemos hacerles es nuestra ausencia en estos momentos para que, Dios no lo quiera, si necesitaran de cualquier servicio el cual ya está en su mínima expresión puede ser dedicado a ellos.

     Mi especial homenaje a los “panaderos”   que día a día con independencia de las circunstancias les surten de lo más imprescindible para pasar el día. A la Guardia Civil, cuyos miembros hacen lo imposible con escasez de medios humanos por velar por que los pueblos no sean asaltados por desaprensivos. A los médicos rurales que con su paciencia y falta de medios mantienen a nuestros mayores sanos. Al sacerdote que nunca falla domingo tras domingo y que con pena despide de este mundo a nuestros familiares más queridos. Y a los agricultores y ganaderos que nos facilitan el pan nuestro de cada día.

   Lo que siempre nos ha diferenciado del resto del mundo como individuos es el poder de reacción e improvisación. De ahí todas las muestras de apoyo de cientos de particulares y empresas que donde no llega el Estado están llegando ellos. La solidaridad en España siempre ha sido infinita y así debe seguir siendo.

   Por todos ellos, y por los que nos dejaron, para que disfrutemos nuestra vida, por nuestro pueblo, y por nuestra España.  QUÉDATE EN TU CASA.