Es cierto, ¿no os lo creéis?. Pues sí que me ha tocado. Fue el día 3 de enero de 1968, cuando nací en España, en el seno de una familia que me lo ha dado todo y gracias a la cual no he carecido de nada.
No sólo a mí me ha tocado, sino a todos los niños que nacen es este adorado país en el cual, por el solo hecho de nacer en él, ya tienen asegurada la sanidad, la educación, la seguridad y lo más importante la alimentación.
Cuando nació mi hija, una persona muy querida le dijo: “que suerte has tenido de nacer en esta familia”. Y es así, un golpe de fortuna.
¿Te has parado a pensar alguna vez qué sería de tu vida sin ese golpe de suerte?. Pues esa forma de vida existe.
Niños que nacen en un lugar sin medios, no tienen un médico que les atienda, alimento que llevarse a la boca, nadie que les enseñe a escribir su nombre y tener una identidad, ni la más mínima seguridad que les permita vivir en paz unos pocos años.
¿A que ahora si que piensas que a tí también te ha tocado la lotería?, y no solo la nacional, sino la primitiva y el euromillón juntos.
Pues sí es una suerte, pero hay tantos y tantos que no podemos solucionar el problema, el mundo seguirá teniendo dos caras. Es cierto, pero voy a ponerte un dilema. Imagina una piscina en la que se están ahogando muchas personas a la vez, y tú sabiendo nadar las estás observando, ¿qué harías?
a) Como no puedes salvar a todas te resignarías, es su destino.
b) Te tirarías a la piscina y salvarías a la más indefensa de todas.
La respuesta está clara ¿no?.
Pues eso sí lo podemos hacer, salvar a las más indefensas, a los niños, a UN NIÑO en el mundo. ¿Y cómo hacerlo?. Existen organizaciones para ello, pero no queremos que el dinero que pueda llegar a ellas se gaste en faraónicos edificios donde se ubican sus sedes en megaciudades, en las cenas de lujo de sus representantes bien vestidos, o en tele-maratones televisivos que aprovechan para hacerse propaganda el famoseo de forma barata.
Mostrando interés por ello, un tío mío me informó de una organización en Madagascar para la que colabora, y cuya labor es gestionada desde un pequeño local en Alcorcón (Madrid). Y así fue como a través de la ONG y por medio de su página web http://www.ayudainfanciamadagascar.org apadrinamos a una niña, la cual tiene a día de hoy cubiertas sus necesidades más básicas por ¡¡sólo 15€!! al mes, es decir lo que pagamos por tener teléfono móvil, canal+ plus, y un sinfín de cosas insignificantes en las que gastamos cada mes 15€, ¡ah!, y sin renunciar a nada, ya que por suerte nuevamente nos sobran.
Y además ¿Quién no te dice que con tu ayuda ese niño, un día, al tener una educación uno de sus hijos, o nietos llegue a ser el mismísimo Presidente de los Estados Unidos de América? ¿Qué no?. Recuerda siempre esto: YES WE CAN (podemos) Barack Obama. Tú tambien puedes, Yes, YOU can, apadrina un niño.
P.D.:
Quiero dedicar este artículo a mi mujer, quien hace ya un año por estas fechas, tomó la acertada decisión de apadrinar una niña en Madagascar, la cual manda sus notas del cole y cartas agradeciéndole la ayuda prestada, por hacerla vivir un poco más feliz en el mundo que le tocó nacer.
